jueves, 27 de enero de 2011

La ñata contra el muro

Sólo te exijo al detalle
motivos para vivir.
Angustias con que morir
me las encuentro en la calle.

Manuel Mejía Vallejo
(Poeta colombiano)


Cuando vuelva mi mamá de Montevideo, me voy al Club Social a lucir el pantalón, la camisa y los zapatos que le pedí.

Pero claro, mis padres siempre me están repitiendo que no tienen plata, que yo pido demasiado, que no tengo que pensar que puedo llevar el tren de vida que tienen otros, que tienen estancia y que siempre fueron ricos.

Yo no les pido casi nada porque la lista de cosas que necesito es mucho más larga y sin embargo sólo les pedí que me compraran esa ropa porque la que tengo está muy fea y todos me la conocen.

Nunca les digo todos los discos que tengo que comprar, uso el champú de ellos que es cualquier cosa, mi papá me presta ese perfume de viejo que usa él, a los cigarros los tengo que cuidar y casi que no puedo convidar como hacen Miguel y Sergio.

Si, ya lo sé, ellos tienen campo y hasta van al liceo en ciclomotor y yo vivo reparando las ruedas de la bicicleta de tan gastadas que tiene las cubiertas.

También es cierto que mis padres no se compran nada.

Bueno, en realidad mi papá sí se compra unas cuantas pilchas (como le dice él), pero nos asegura que sólo gasta la plata extra que logra jugando al gofo en el boliche, porque parece que vienen unos giles con plata a los que no les molesta perder.

¡Por qué no habré nacido en Estados Unidos! Todos andan en auto y cuando prenden un cigarrillo, igual lo apagan en la segunda pitada ...

La hija del comisario también se la gasta toda. Mi madre me dice que el padre está metido en cuanto chanchullo hay en el pueblo, pero lo cierto es que Martita tiene casi todos los discos que yo solo tengo en una listita de papel.

Además Clarita sé que espera que yo le haga regalos porque se junta con las otras y se comentan los regalos que reciben de sus novios y ella, pobre, a veces miente pero tampoco puede mentir mucho porque las amigas son desconfiadas y le piden que les muestre.

Yo no sé, mi madre parece que no entiende nada, porque yo le digo que necesito plata para mis gastos y no le puedo estar diciendo en qué tengo que gastar porque creo que se burlaría de mí.

Mi padre tampoco colabora mucho, porque si es cierto que gana tanto y cuanto con los giles del gofo, podría habilitarme un poco más. Ya le metí el verso de que tengo que ir al quilombo y el loco nada. Si le llego a decir que es para hacerle un regalo a Clarita, seguro que se me caga de la risa.

Todo esto es una porquería. La verdad que no sé que estoy haciendo acá. ¿Algún día se terminará esta vida de mierda? Me siento como un gusano. Hoy no tengo ni para comprar un cigarro suelto.

Si algún día tengo hijos, no los voy a tratar como me tratan a mí. Siempre me dicen que no debería quejarme, que tengo casa, comida caliente, una cama limpia, unos padres que me quieren. ¡Ay, qué afortunado me siento con toda esa basura! Estos se deben pensar que yo soy tarado.

¿Cómo será suicidarse?

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