jueves, 28 de mayo de 2020

ESTÉTICA AUDITIVA (relato breve)



Ocurrió que Jorge Benítez, mi primo, terminó trabajando como actor de pura casualidad.
En las reuniones familiares nuestra tía Mercedes le dio a entender que lo deseaba como hombre. Ese fue nuestro febril tema de conversación durante meses. Yo me masturbaba, pero él, no sé. Su gran problema era que se avergonzaba de los incontenibles sonidos de gozo que había grabado cuando se inició sexualmente con una prostituta. Yo los escuché y me parecieron bestiales, groseros, impúdicos. Impresentables. La idea fue estudiar teatro para ensayar versiones humanas más elegantes del orgasmo. El  estudio avanzó pero no obtuvo resultados, sin embargo se presentó a un casting y logró que lo convocaran. No sé cómo siguió la historia, pero me parece que el problema dejó de ser problema o la tía Mercedes buscó algún partenaire menos consanguíneo que Jorge.