lunes, 7 de noviembre de 2011

Diálogo lunfardo

— Che, Ramírez, ¿vos atendiste la reclamación del ponja?

— Sí ¿por?

— Lo tengo en el teléfono re-calentito porque todavía no le hicimos el cambio de la merca jodida. A parte de mandarlo a cagar, ¿qué otra cosa le digo?

— ¡Uh, me la morfé! No sé. Metele cualquier paco y que se vaya a la puta que lo parió. De parte de un servidor.

— Señor Takana, el encargado de expedición me informa que hubo un inconveniente con el camión que atiende su zona y que esta tarde sin falta le estamos haciendo el cambio que usted nos solicitó. El vendedor me dice que le pida mil disculpas por las molestias. ... Bueno, si, muy amable de su parte... sí, quédese tranquilo que no volverá a suceder; tuvimos mala suerte. Cómo no... se lo voy a trasmitir. Un placer señor Takana y siempre a las órdenes, eh. Buenos días. Ramírez, dice el ponja que te vaya a la concha de tu helmana. ¿Vos andás medio ido no? ¿Te pasa algo?

— No te imaginás el bolonqui que tengo en mi casa. La yegua de mi mujer se levantó en armas y me está haciendo la guerra en varios frentes. ¿Podés creer?

— ¡Qué cagada! ¡Justo contigo que sos un santo varón! ¿Ahora que reclama esa reventada?

— Vos sabés que un poco de razón debe tener porque hasta mi vieja está de parte de ella. Yo me opongo a que salga a trabajar y a que se junte con unas imbéciles que tiene por amigas, que lo único que hacen es calentarle la cabeza y cada vez que se hablan me hace la vida imposible.

— ¿Y por qué no querés que labure? El sueldo que tenemos acá es de ministro pero igual, no sé, la plata nunca sobra. Algo que pueda arrimar para parar la olla nunca viene mal.

— No me animo a decirle el motivo, pero a vos que sos mi amigo te lo puedo decir. ¡La gallega está buenísima! ¡Es un polvo caminando! Tengo miedo que me soplen la dama. ¡No sabés lo que es esa mina cuando se calienta! ¡Me vuelve loco, Juan! Si algún día me deja por otro, te juro que me mato.

— Si, la verdá que entre la gallega y la buzarda de un pelado como vos, ¡vas muerto! ¿Y en que anda la cosa?

— ¡Me tiene contra las cuerdas! Fijate que empezó una huelga de hambre. ¡Si: no pongas esa cara! Hace tres días que sólo toma agua, y la madre la hace revisar por un médico de la familia. Dice que si no cedo, se deja morir. ¿Te das cuenta, Juan? Tengo miedo que me deje por otro (comienza a sonar el teléfono) y resulta que capaz que se me muere la hija de puta.

— Pero sos un jilguero Ramírez. Está haciendo régimen porque se viene el verano. Esta mina te tomó los puntos y vos entraste como un caballo.

— No. Ahora el equivocado sos vos. Yo la conozco. Esto no es joda. ¡Se me muere la gallega!

— ¡Para mi que vos estás medio loco! ¿Qué querés que te diga? ¿Por qué no arreglás una salida negociada? Ponele: que se consiga un laburo que a vos no te ponga nervioso, buscale la vuelta para que a las amigas las vea lo menos posible y vos bajá un poco la panza de mierda esa que tenés. ¡Hola! A sí señor Takana, ya está saliendo lo suyo. ... ¿Cómo? ¡Qué raro! Bueno, está bien, está bien. Muy bien. Bueno, ¡cómo no! Buenas tardes. Vo, Ramírez, el ponja dice que hace dos días que recibió lo que estaba reclamando, pero que de todos modos es una vergüenza que yo le haya mentido. ¡Arreglá el fato ese que tenés con la anorésica de tu mujer que hasta yo estoy quedando como un pelotudo!

Nota: La imagen es una escena de la película El secreto de sus ojos, actuada por Ricardo Darín (izquierda) y Guillermo Francella (derecha).

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